Especialistas en las técnicas menos invasivas de cirugía oral dando las soluciones más eficaces ante distintos problemas bucodentales.
Generalmente los especialistas recomendarán en cada caso las intervenciones odontlógicas menos invasivas y con mayor tasa de éxito en función del historial médico de cada paciente. Pero en muchas ocasiones, la fase quirúrgica es clave como parte de la solución que acabar el tratamiento bucodental necesario para tratar el problema existente.
Así pues, la cirugía oral menor es un área necesaria para distintos tipos de tratamientos odontológicos. Hace referencia a cualquier tipo de procedimiento quirúrgico de la zona bucodental, siendo la extracción de las muelas del juicio el más habitual, así como las gingivectomías o las fenestraciones de caninos, etc.
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La cirugía oral se trata de una operación quirúrgica realizada en la cavidad oral que incluye dientes, mucosas y tejidos accesorios, con el objetivo de dar solución a problemas bucodentales o extirpar elementos anatómicos patológicos como parte de un tratamiento odontológico. Esta cirugía menor puede llevarse a cabo por distintos especialistas en odontología como son los endodoncistas, los periodoncistas o los prostodoncistas.
Este tipo de intervenciones quirúrgicas se realizan normalmente en la misma clínica dental y no precisan de grandes procedimientos, por lo que se pueden llevar a cabo con técnicas de anestesia local. No obstante, muchos son los pacientes que sufren de estrés y ansiedad ante este tipo de operaciones, por lo que es también posible solicitar la técnica de sedación consciente que aporta un gran estado de tranquilidad.
Antes de cualquier tipo de intervención en la que se incluya alguno de los tipos de cirugía oral será necesario realizar un estudio del historial médico del paciente y una exploración clínica y radiológica para obtener el diagnóstico adecuado y realizar un plan de tratamiento personalizado. Además, para mayor tranquilidad, el paciente tendrá toda la información necesaria tanto del proceso a realizar como de las medidas higiénicas que debe tomar antes de la intervención.
Cuando la cirugía oral finaliza, se deben tomar medidas para evitar complicaciones y proteger el área intervenida. En función del tipo de intervención quirúrgica, el especialista recomendará unas pautas a seguir en cuanto a higiene, desinflamación con hielo, hábitos alimenticios y toma de analgésicos para paliar las leves molestias que puedan surgir, entre otras recomendaciones. Los cuidados postoperatorios son fundamentales para garantizar el éxito del tratamiento y proceder a las siguientes fases del mismo.
Cuando una encía se ha retraído y ha dejado al descubierto la raíz del diente, este tipo de cirugía oral ayuda a aumentar el tejido gingival gracias a una zona donante como puede ser el paladar o la zona de la muela del juicio superior. Gracias al injerto de encía es posible seguir protegiendo la estabilidad del diente o implante, haciendo que sean menos susceptibles a perderse. Además, se reduce la sensibilidad de la zona y se mejora la estética dental.
Este procedimiento quirúrgico sencillo supone la extirpación de la parte lesionada de una encía para eliminar o reducir el espacio que se forma entre esta y el diente. Este espacio surge a consecuencia de la acumulación de placa bacteriana causante de la enfermedad periodontal, una infección que debe tratarse para proteger la integridad de la pieza dental ya que, de lo contrario, podría extenderse y causar la pérdida del la pieza dental.
Este tipo de cirugía oral es muy similar a la gingivectomía y, de hecho, pueden realizarse en una misma intervención con el objetivo de corregir la sonrisa gingival. Consiste en la eliminación del tejido excedente de una encía para descubrir el diente. Esta microcirugía de carácter estético consigue remodelar el borde del tejido gingival y lograr un contorno más armónico y bonito para el diente.
Cuando una endodoncia o tratamiento de conducto fracasa o resulta insuficiente a causa de la gravedad de la infección que afecta al nervio del diente, es necesario realizar una apicectomía siempre que no exista una enfermedad periodontal. Esta cirugía es el último recurso para salvar la pieza dental natural y se recurre a ella para eliminar procesos infecciosos agudos a través de la parte periapical (zona terminal de la raíz).
Esta cirugía supone la realización de una “ventana” para poder exponer el canino sin erupcionar que está dentro del maxilar, es decir, consiste en la eliminación del hueso y la mucosa que está alrededor de un colmillo para poder traccionarlo con medios ortodónticos y colocarlo correctamente en la arcada dentaria. En definitiva, se trata de un procedimiento que se aplica en algunos casos de un tratamiento de ortodoncia.
También en tratamientos ortodónticos puede resultar necesario realizar pequeñas fijaciones de titanio que se colocan en el hueso maxilar de forma temporal. Son anclajes provisionales que ayudan a realizar diferentes movimientos de las piezas dentales. Esta cirugía se realiza para garantizar el éxito de la alineación y mordida dental y se retiran una vez conseguidos los objetivos para el paciente.
Esta técnica quirúrgica es parte de un tratamiento ortodóntico (tanto con brackets como con alineadores transparentes) que ayuda a reducir la duración del mismo. Se aplica cuando es necesario realizar una extracción para ganar espacio en la arcada dentaria. El objetivo es dar lugar a cambios en el metabolismo del hueso haciendo que los dientes vecinos ocupen este espacio de forma que se pueda corregir problemas oclusión y desalineación como el de apiñamiento severo.
Con frecuencia los niños tienen problemas con la fonación, deglución y/o posición de los dientes a causa de los frenillos linguales o labiales. Para solventar esta situación, el especialista puede recomendar la realización de un frenilectomía lingual o labial como medida preventiva para que estos problemas no empeoren en el futuro. El procedimiento quirúrgico consiste en la eliminación del frenillo que une la lengua o el labio inferior a la encía.
Este es el tipo de cirugía menor más común. Se realiza cuando los terceros molares, como también se conocen a las muelas de juicio, no tienen suficiente espacio para erupcionar. Este hecho, suele causar dolor, inflamación e incluso infecciones u otros problemas bucodentales. Por esta razón, muchos dentistas recomiendan su extracción incluso cuando todavía no causan ningún problema, como método preventivo en pacientes con poco espacio.
Es el procedimiento quirúrgico mediante el cual se extrae el diente de su alveolo cuando el tratamiento pensado para conservarlo no ha dado resultado por múltiples factores. Puesto que se realiza como última opción, esta pieza dental debe estar en muy mal estado, ya sea a causa de una caries, una fractura, una erosión severa, o bien, una infección grave como la causada por una periodontitis severa.
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No, no se experimenta ningún dolor durante el procedimiento quirúrgico, ya sea gracias a la administración de anestesia local, o bien, por los efectos calmantes de la sedación consciente en función de lo que se le haya recomendado al paciente. Además, durante la cirugía se administran analgésicos que tienen efecto tras la intervención para evitar así que, cuando pasen los efectos de las técnicas previamente mencionadas, el paciente sufra algún dolor.
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Tras la intervención quirúrgica es posible tener molestias leves completamente soportables. Además, estas siempre serán podrán ser paliadas con analgésicos suaves que deberá recomendar el especialista del caso en función del historial médico del paciente. Por otro lado, de existir inflamación, es posible usar hielo según recomendación para bajarla, así como seguir las pautas de higiene bucodental establecidas por el doctor.
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Si bien es fundamental tener cuidado a la hora de morder o masticar alimentos muy duros, ya que la carilla podría romperse, si el proceso de colocación se ha llevado a cabo por profesionales de la estética dental, no deberían llegar a caerse independientemente del material usado para para el tratamiento.
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En los siguientes días tras la intervención quirúrgica, la comida blanda, especialmente a temperatura ambiente es la más idónea. Es aconsejable evitar injerir alimentos con un contraste término muy alto, es decir, muy fríos o caliente y, especialmente, evitar comer alimentos duros, crocantes o gomosos que puedan causar malestar en la zona intervenida y ser difíciles de retirar durante la limpieza bucodental.
Dr. Emilio Martínez-Almoyna Rifá
Licenciado en Medicina y Odontología. Máster en Medicina Estética. Experto universitario en Periodoncia y postgrado en Implantología.
Miembro de la Sociedad Española de Periodoncia y la American Dental Association.
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